lunes, 12 de julio de 2010

Decisiones

Hay decisiones en la vida que lo cambian todo, para bien o para mal pero cuando una tiene catorce años no se para a pensar en los pros y los contras de una decisión importante, yo por lo menos casi nunca lo hago. Por eso no me arrepiento de haber tomado la decisión de dejar el francés para pasarme al teatro. La verdad que el francés no se me daba muy bien, pero claro, ahora todo el mundo dice a la mínima de cambio que tienes pájaros en la cabeza, que necesitare el francés para conseguir un trabajo cuando cumpla la mayoría de edad, pero ¿quien se para a pensar en el trabajo? encerrados en cubiles delante de la pantalla del ordenador, todas las mañanas lo mismo café para desayunar y el descanso del café y vuelta a la oficina día tras día asta caer en la rutina ¿de verdad que nuestros padres quieren eso para nosotros? yo no pienso comenzar ese juego en el que siempre pierdes, yo quiero aspirar a mas.
Ahora todo el mundo nos pregunta que queremos ser de mayores, algunos contestan ingeniero, veterinaria, biólogos, pero que tal esta ¿a quien diablos le importa? ¡tenemos catorce años y ya quieren que pensemos en un futuro que está muy lejano todavía! ¿quien en su sano juicio pensaría en eso?
Pero cada cual tiene su opinión y yo he dejado la mía, espero que mis palabras os hayan ayudado a empezar a ver el mundo sin que los lo tapen con un tupido velo.

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